Camilo Daza fue el primer colombiano que en el año 1919 pilotó un avión, y es considerado el precursor de la aviación colombiana, y es toda una historia de vicisitudes y de glorias, por la grandeza de un ideal soñado y ambicionado, la aviación.
A pesar de haber nacido en una ciudad tan reconocida como Pamplona, en 1898 y pasar la infancia en el aislamiento de La Caldera, una hacienda montañosa de las inmediaciones, Daza se halla unido desde el principio a la corriente universal sobre el desarrollo de la aeronáutica
Sus padres lo matriculan en la Escuela Industrial de Tarrasa, cerca de Barcelona. Allí entre los muchachos, el tema consistía en la aviación, y Camilo se enteró de que había un piloto que había realizado la hazaña de atravesar el Canal de la Mancha.
Conoció también un piloto español, Salvador Elila, que en un aparato construido por él, se elevaba los domingos sobrevolando el Parque de Montjuich. Se hicieron amigos y Camilo se entusiasmaba más y más. Ya sus padres, le habían manifestado su horror por una profesión que siempre iba aparejada con la muerte, y le retiraron los auxilios para que así desistiera.
Camilo no desistió y sigue estudiando con el fin de sostenerse y a la vez ahorrar unas pesetas, se empleó como camarero en un hotel, luego en una panadería, por último como obrero en una fábrica de botones.
La falta de auxilios de sus padres, no lo obligó a desistir de sus propósitos y fue así como en 1919, voló un avión, y en marzo de 1920, obtuvo de la Curtis el diploma de piloto y de mecánico de aviación.
En España adquiere un avión al que le dio el nombre de Santander, que vendría a ser la primera máquina de su género conocida en Colombia, cuyo primer vuelo se realizó el 2 de septiembre de 1922 en Cúcuta.
