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Hellmut von Krohn llegando a Girardot 19 oct 1920

Hellmut von Krohn, piloto alemán de SCADTA

Hellmut von KrohnEl piloto alemán Hellmut von Krohn, llegó al país, a comienzos de 1920 en compañía de su coterráneo y colega Wilhelm Hammer para volar los aviones Junkers F13 que la Sociedad Colombo-Alemana de Transportes Aéreos (SCADTA), había adquirido en Alemania.

Su labor, constancia y entrega a SCADTA fue fundamental para el éxito futuro de la empresa.  Fue ejemplo para que muchos aviadores se unieran a esta nueva y maravillosa aventura, siendo ovacionado por los hombres y adorado por las mujeres en las diferentes ciudades de Colombia, por su gran don de gentes y profesionalismo desmesurado.

El 18 de noviembre, en compañía de su mecánico de apellido Varsh, despegó de la pequeña pista de Flandes con rumbo a Bogotá, tripulando el avión de mismo nombre, donde aterrizó horas después, logrando para la empresa el premio que venía ofrecido para el primero que aterrizara un avión en esta ciudad.

El 8 de junio de 1924 tuvo un fatal accidente al precipitarse a tierra el avión “Tolima”, que piloteaba, mientras lanzaba publicidad aérea sobre Barranquilla, en compañía de don Ernesto Cortissoz, en el que ambos perdieron la vida.

Ensamble Hidroaviones de Scadta 1920

Wilhelm (Guillermo) Schnurbusch

Guillermo Schnurbusch

En 1920, luego de haber asesorado a la SCADTA en la adquisición de los aviones Junkers F-13, arribó al país el ingeniero y técnico alemán Wilhelm Schnurbusch (se le conoció en Colombia como Guillermo y lo apodaban “el Capitán Cabuya”, para ensamblar y probar los aviones Junkers F-13 de la naciente aerolínea, siendo así el primer ingeniero aeronáutico en Colombia, quien de inmediato debió efectuar modificaciones a las aeronaves para adaptarlas a las condiciones colombianas, entre ellas agregarles radiadores adicionales (de automóvil) para evitar el recalentamiento de los motores, que no habían sido diseñados para operar en estos climas. Durante los primeros vuelos de la SCADTA a lo largo del Magdalena, voló en compañía del capitán Wilhelm Hammer como mecánico de a bordo y continuó dedicado al mantenimiento y adaptación de las aeronaves y su conversión de hidroavión a avión con ruedas, lo cual permitió a la SCADTA ser la primera en aterrizar en Bogotá, el 18 de noviembre de 1920. Schnurbusch quien se radicó en la ciudad de Barranquilla, hasta su muerte el 16 de mayo de 1960, fue el precursor de la ingeniería aeronáutica en Colombia.

Junkers F13 en Veranillo, Barranquilla

Herbert Boy, piloto alemán de SCADTA

Herbert BoyEl 24 de octubre de 1897, a orillas del Rhin en la ciudad alemana de Duisburg, nació este ilustre piloto militar y aviador civil que llegaría a ser uno de los colombianos con quienes la república habría de contraer deuda de imperecedera gratitud. Al iniciarse la primera guerra mundial, entra como voluntario del Regimiento 25 de Infantería acantonado en Aquisgrán. Toma parte en la batalla de Champaña y es herido dos veces. Trata de que se le traslade al cuerpo de aviación y, ante las dificultades para conseguirlo, dirige una carta personal al Kaiser que, sorpresivamente, produce el efecto perseguido, siendo destinado como alumno a la Escuela de Aviación de Gotha, donde llega a ser piloto de la famosa Escuadrilla No.14.
En su libro Una historia con alas relata sus experiencias de la guerra y la forma caballeresca y romántica como combatían los pilotos en aquella contienda, dentro de una concepción del lance medieval. Al primer piloto francés que derriba y hace aterrizar detrás de sus propias líneas, lo lleva al casino de oficiales para brindar con él una copa de champaña y luego lo envía al campo de prisioneros. Escribe una carta a la familia de su adversario ocasional, que con el correr de los años se convierte en uno de sus buenos amigos.
Su antiguo compañero de Escuadrilla, Hellmuth von Krohn, con quien participara en muchos duelos aéreos, lo convence desde Colombia para que viaje a este país, del cual ignora todo, donde se abren perspectivas de trabajo por la creación de la Sociedad Colombo-Alemana de Transportes Aéreos, SCADTA que con gran entusiasmo fuera fundada en Barranquilla en 1919 por compatriotas suyos y ciudadanos colombianos y a la cual se integra en enero de 1924, cuando llega a Barranquilla. En pocos años es nombrado Jefe de Pilotos. Al presentarse la toma de Leticia el gobierno solicita el apoyo de la SCADTA y a Boy se le nombra Mayor Honorario del Ejército colombiano. Se aventura por los cielos del Sur, inaugurando las primeras rutas y sirviendo como enlace entre los altos directivos de la guerra (Presidente y Ministro) y los comandantes operacionales. Toma bajo su responsabilidad personal la reorganización de la incipiente Arma Aérea del Ejército y con dinamismo contagioso desarrolla un cúmulo de actividades, desde adquirir material volante hasta adecuación de aviones comerciales para convertirlos en naves de caza y bombardeo, entrenamiento de combate de pilotos colombianos y germanos, construcción de campos de aterrizaje, selección de tramos de acuatizaje y la rápida improvisación de una base adelantada que le garantice prestar apoyo aéreo a las tropas en la zona de operaciones.
El Ministro de Guerra Uribe Gaviria, en uno de sus viajes de inspección al Sur, bautiza esta base con el nombre de Puerto Boy para rendir justo homenaje a quien tanto había logrado en tan breve tiempo. Con su avión caza-bombardero toma parte en el ataque a Tarapacá y por la eficacia de sus aeronaves influye para que los peruanos abandonen sus posiciones sin presentar resistencia.
Posteriormente, el 26 de marzo de 1933, al mando de su escuadrilla de combate, cumple en Güepí la más brillante de las acciones aéreas, que contribuye en forma notable al triunfo de las armas colombianas. Al término de las hostilidades, continúa como asesor del Ministerio de Guerra, atendiendo preferentemente a la formación de pilotos y adquisición de nuevos aviones, hasta el mes de julio de 1934, cuando se reintegra al servicio de SCADTA. Por su valor en combate y sus distinguidos servicios a la nación, el gobierno le otorga la Cruz de Boyacá y, años más tarde, en 1948, su patria adoptiva le extiende su carta de naturaleza acogiéndole como a uno de sus más distinguidos militares e hijo predilecto.
A partir de 1950 y hasta el 11 de mayo de 1973, día de su muerte, se desempeña como asesor de la presidencia de Avianca, heredera y prolongación de la Scadta, en la que para su orgullo y satisfacción personal pudo ver la realización de sus sueños.